Comunicación: la clave del éxito

Comunicación: la clave del éxito

Así como en las matemáticas o las ciencias exactas existen leyes universales que se han comprobado científicamente, “de este lado de la ciencia” también se ha comprobado una afirmación que por mucho tiempo, más que una verdad, se ha convertido en un cliché: “la base de toda buena relación es la comunicación”, sobre todo aplicado a las relaciones sentimentales, más no exclusivamente, puesto que en esa relación social están implicados 2 o más personas ligados por alguno o más aspectos de la vida: familia, trabajo, escuela, vecindario, etcétera.

En columnas anteriores hemos definido que la comunicación proviene de “poner en común”; que transmitimos mensajes con la intención de generar un efecto en nuestro receptor y que el fin siempre será que nos entiendan. Para ello usamos códigos (por ejemplo, el lenguaje escrito, de señas o hablado) y canales (el medio, por ejemplo, este blog, o un mágico “like” representado por un pulgar arriba, e incluso el habla). En pocas palabras, hemos aprendido del entorno que nos rodea determinados significados sociales que nos hacen “estar en sintonía social”, es decir, entender lo mismo.

Para fines prácticos cambiaré el planteamiento a poner en común es la clave del éxitoy plantearemos varios escenarios comunes, pero 100% hipotéticos, para ejemplificar. En primer lugar, los códigos y las reglas viales porque, sin importar si somos peatones o conductores de un vehículo, todos sabemos lo que nos indican los colores del semáforo, las luces laterales (intermitentes) de los carros, la ubicación de los carriles, e incluso ceder el paso tanto a peatones, como al respetar “el uno y uno”.  En este ejemplo se toman símbolos, significados y significantes de un contexto específico y si tenemos un proceso de comunicación apropiado de principio a fin, entendiendo las referencias en común, el éxito de esa situación será que no ocasionaremos ninguna contingencia indeseable y prevenible.

Lo mismo sucede en el entorno laboral, escolar y familiar. El problema es que muchas veces nos comportamos como personas individuales y nos olvidamos de que somos personas en sociedad. Poner en común también implica entender que nuestras acciones (y comunicaciones) repercuten directamente en nuestro entorno, favorable o negativamente, y que el fin social supremo siempre será evolucionar en sociedad, pues de poco sirve que sólo 1 lo haga. Tal vez sea buen momento para reflexionar sobre ello.

Como humanos somos seres bio-psico-sociales, es decir, con vida, mente propia, pero que al nacer e interactuar en sociedad, por ende, nos desarrollamos en sociedad, perteneciendo o estando en contacto con varios grupos sociales, como los mencionados, trabajo, escuela, vecinos, amigos, familia.

Lo principal entonces será plantear, comunicar y respetar ciertos códigos sociales. No es malo que se tengan metas o fines personales, siempre y cuando no afecte negativamente a otros. Pensemos en que, si estaciono mi carro en la entrada de mi vecino, sin previa autorización y/o por cualquier motivo, estaré causando molestas y tal vez ello me genere problemas. La recomendación siempre será llevar una buena comunicación entre vecinos, lo cual no se debe confundir con entrometerse en la vida personal, siempre en pro de un bien comunitario.

Ahora bien, lo mismo sucede en el ambiente laboral; en éste debe ser prioridad poner en común que un buen rendimiento personal que ayude a lograr los resultados esperados en conjunto se debe a un buen entendimiento del papel o rol específico de cada individuo en el trabajo en equipo, muy por encima del trabajo individual, roces y egos que puedan suscitarse, pues de igual forma de poco servirá que se realice eficientemente una labor (en cualquiera de las fases que se encuentre), si uno de los integrantes de dicho equipo de trabajo falla en sus responsabilidades.

Recalcando que los ejemplos planteados son hipotéticos, pensemos que durante esta pandemia hubo un momento en que escasearon los suministros de higiene y si el departamento de compras no realizó la adquisición de ellos (porque no se le comunicó la urgencia o próxima escasez), seguro afectó la producción e incluso existieron riesgos de trabajo para el personal.

El problema recurrente es que se tiende a buscar culpables, cuando en realidad se debe trabajar en soluciones, para lo cual se deberá tener una excelente comunicación, puesto que generalmente existen planes de contingencia previamente establecidos, evitando así desperdiciar tiempo, recursos y/o talento. Es importante reconocer errores, pero será mucho más importante aprender de ellos.

En la familia y específicamente en una empresa, la mejor inversión que se puede hacer es gestionar la comunicación interna, donde se apueste por el entendimiento y “por poner en común” la cultura y filosofía laboral y familiar) en pro de los objetivos esperados. Ello se conoce como sinergia que es cuando cada integrante del equipo trabaja en sintonía con la misión, tanto personal, como grupal.

Recordemos que no sólo comunicamos con palabras porque también nuestro cuerpo expresa. Obviamente podemos aprender a gobernarlo, así como a nuestra mente y que lo mejor será también tenerlos en sintonía, es decir también debemos poner en práctica la auto-comunicación para plantear nuestros objetivos personales (muy de la mano con la fuerza de voluntad).

Los invito a reflexionar sobre ello, a darnos cuenta del poder de la comunicación, un poder humano que a veces olvidamos practicar o gestionar. La clave es estar en sintonía, plantear y priorizar el objetivo en común sobre el personal. Recuerda que para ganar-ganar por lo general también implica perder-perder, es decir, ceder en pro de algo más conveniente para ambas partes.

Yatziry Fabiola López Tavira

Licenciada en Comunicación por la UAEMéx. Acentuación en Comunicación Organizacional cursada durante el Programa de Movilidad Académica en la BUAA. Alumna Destacada del Diplomado Internacional Virtual en Dirección de Comunicación Organizacional avalado por la Red Mundial De Comunicación Organizacional. Diplomado en Comunicación Estratégica y Corporativa avalado por la Universidad Cuauhtémoc y la Red Mundial de Comunicación Organizacional.

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